lunes, 31 de marzo de 2008

LEER, BLOGUEAR, AMAR




¡Estoy realmente vivo!, pensó. ¡Nunca lo supe, y si lo supe no lo recuerdo!
Aulló en silencio una docena de veces. Piénsalo, ¡piénsalo! ¡Doce años y ahora lo descubro! Este raro reloj, este brillante mecanismo dorado que debe marchar durante años, dejado bajo un árbol, encontrado en una pelea.
-Doug, ¿qué te pasa?
Douglas aulló, agarró a Tom, y rodó con él.
-¡Doug, estás loco!
-¡Loco!
Rodaron loma abajo, el sol en las bocas, en los ojos como vidrio hecho trizas, boqueando como truchas en la playa, riéndose hasta gritar.
-Doug, ¿estás loco?
-¡No, no, no,no!
Douglas, con los ojos cerrados, vio unas manchas de leopardo en la oscuridad.
-¡Tom!-Luego, en voz baja:
-Tom...¿saben todos en el mundo...que están vivos?


(de El vino del estío , de Ray Bradbury).

En el Arte de Amar, Erich Fromm dice que el amor es una respuesta a la soledad humana. (tengo anotadas con lápiz sus condiciones en el respaldo de mi cama, a modo de recordatorio y conjuro: cuidado, responsabilidad, respeto, conocimiento).
Pero si de soledad-aquí-están-mis-credenciales se trata, creo, que en ciertos casos, la lectura es un antídoto tan válido como el amor. Acaso más incondicional y menos esquivo. No recuerdo donde leí aquello de “leemos para saber que no estamos solos”.Un par de lectoras desconocidas me lo recordaron estos días -gracias muchas Gaby,rute-.
A mi, leer, por ejemplo, me salvó la vida.
Me acuerdo un día en los viejos malos tiempos, tendría unos 7 años, me habían sacado una muela. Todo era hostilidad y desamparo y mi mamá dijo:
-Pensá en Alicia, que cayó y cayó y cayó, y no se hizo nada.
Fue luego a los 10 , en un viaje en tren de 12 horas de la ciudad al campo cuando supe –por Jo- que se podía vender un cuento.

Y ahora, que pasó tanto tiempo, sigo creyendo en estos ecos más que en ninguna otra cosa. Se puede hojear, hacer clic aquí o allá, y de pronto la lucidez más profunda de un Otro se convierte en bálsamo existencial:

Como ella en este párrafo:

"¿Para qué escribir, para qué leer, para qué contar, para qué elegir un buen libro en medio del hambre y las calamidades? Escribir para que lo escrito sea abrigo, espera, escucha del otro. Porque la literatura es todavía esa metáfora de la vida que sigue reuniendo a quien dice y quien escucha en un espacio común, para participar de un misterio, para hacer que nazca una historia que al menos por un momento nos cure de palabra, recoja nuestros pedazos, acople nuestras partes dispersas, traspase nuestras zonas más inhóspitas, para decirnos que en lo oscuro también está la luz, para mostrarnos que todo en el mundo, hasta lo más miserable, tiene su destello".

O ella en este otro:
" El narrador vive dentro de todos nosotros. El creador de historias siempre va con nosotros. Supongamos que nuestro mundo padeciera una guerra, los horrores que todos podemos imaginar con facilidad. Supongamos que las inundaciones anegaran nuestras ciudades, que el nivel de los mares se elevara…, el narrador sobrevivirá, porque nuestra imaginación nos determina, nos sustenta, nos crea: para bien o para mal y para siempre. Nuestros cuentos, el narrador, nos recrearán cuando estemos desgarrados, heridos, e incluso destruidos. El narrador, el creador de sueños, el inventor de mitos es nuestro fénix, nuestra mejor expresión, cuando nuestra creatividad alcanza su punto máximo."

(vale la pena hacer los clicks y leer los artículos completos)

Lo que más quiero en el mundo es que alguna vez, alguna línea mía resuene vital y fundante como el extracto con el que abro este post.
Lo que más quiero en el mundo es que alguna chica o chico o señora o alguien se quede un día en casa con un texto y, como yo a los 11, se deslumbre entendiendo la importancia de la lectura entrelíneas para hallar el camino hacia el Centro de la Tierra.
Que -sepa, crea, no olvide- que si pasa un conejo y dice que se le hace tarde está bueno seguirlo.
Que el destino ayuda al hijo del Rey a mover espadas inamovibles.
Y ese tipo de cosas.

miércoles, 26 de marzo de 2008

viernes, 21 de marzo de 2008

EXPEDIENTE WHITE CHESNUT



Y con el tiempo la magia de estar aquí,
vas suponiendo que sabes adónde debes ir.
Cuánta ignorancia corre por tu cuerpo hoy.
Ni siquiera te entregas al viento
sin pensar por qué.

Cuánto tiempo más llevará,
cuánto tiempo más llevará...

(Lebón)

I. El castaño blanco es un remedio floral para la gente con diálogo interior enloquecedor y torturante. Es aún más intenso que el scleranthus, que se indica para el paso anterior, cuando uno no se decide entre una cosa, u otra. El otro día fui por este último a una librería esotérica donde los venden y el tipo que atendía le gritaba los síntomas por teléfono a quien lo buscaba en el sótano:
¡Incertidumbre!
¡Inestabilidad!
¡Indecisión!
Bizarro, Almodovar versión new-age. Por suerte no había, porque los gritos me parecieron de lo más irrespetuosos para dejar dinero allí.
De todas formas, como siempre me recetan White Chesnut, lo tengo en casa al alcance de la lengua, por si me agarra un ataque de manía de simultaneidad (Eugenio Carutti dixit): “…se muestra por un lado, una real capacidad para encontrar puntos de encuentro en situaciones totalmente diferentes; pero por otro, la necesidad emocional de contar con variantes disponibles para cada caso y así no quedar encerrado en callejones sin salida. Es evidente que esta búsqueda continua de alternativas se produce porque la persona con Luna en Géminis tiene grandes dificultades para concentrar su energía en una sola dirección. Así obtiene una alta flexibilidad pero al mismo tiempo, mediante esos comportamientos se asegura que nunca quedará totalmente inmersa en situaciones de intensidad excesiva…”

II.
El zapping de pensamientos me enloquece. Las sienes me duelen y quiero llorar. Hace tiempo que día por medio el aire apenas me llega a los pulmones. Ahora es uno de esos momentos, pero no voy a tomar las gotas. Este es un experimento tipo Babel: en lugar de personas que intentan diálogo infructuoso en idiomas distintos, quiero plasmar aquí los canales de mi mente. Las ideas escurridizas como escenas que vistas todas juntas den un mensaje de totalidad.
“Encuentra la idea principal” –pedía la maestra de literatura en la primaria. Yo siempre la encontraba.

III. Angustia existencial número uno, ¿cómo se camina hacia el deseo?

(...no me pidas que no piense
en voz alta por mi bien...
,
Serrat)

-Quiero ir a un campo con flores, digo.
-No empieces a decir cosas que no entiendo- dice- y no es que él no entienda “campo con flores”, sino que simplemente el concepto no le parece viable. Para decir “quiero ir a un campo con flores” él debería ubicar tal campo en un mapa. El lugar debería ser cercano y deberíamos estar seguros de que tendrá flores. Deberíamos también saber a que hora salir y a que hora llegar. Y a que hora volver.
Es una manera de acceder a un deseo. La suya. La mía, en cambio, sería aferrarme a la visión del campo con flores con toda mi alma. Encapricharme con ella hasta una especie de pre-éxtasis místico. Tener el campo en la mente sin dejarlo ir. Un día, seguro seguro el campo con flores aparecerá. Tal vez, en dicho momento parezca magia. Pero yo la sospecharé ley natural:
Hace 10 años vivía en un galpón. En mi pared tenía una fotocopia del famoso artículo "El mejor oficio de este mundo" de García Márquez. Tanto creía en eso en aquel tiempo, que llevaba la la nota doblada en la cartera. Incluso la leí un día en una clínica, algo mareada, luego de despertarme de una anestesia general. Esas palabras guiaban mi vida como una zanahoria abstracta y apasionada.
Algunos pocos años después, luego de una entrevista de trabajo y previo paso por esto, el tal Gabo resultó ser el dueño de la revista donde fui contratada (antes de saberlo).
Eso debió ser por algo.
Él –campo con flores ubicado en el mapa-tal vez piense que fue una casualidad. ¿Deberíamos estar de acuerdo en este tema vital? ¿Pueden su modo y mi modo mezclarse y hacer nacer un tercero, un método infalible de cumplir los deseos, la fórmula supermejorada? ¿Es cierto eso de que las paralelas se encuentran en el infinito? ¿Qué es la compatibilidad?

Me acuerdo de la película Gattaca. El hermano genéticamente inferior le gana la carrera de natación al genéticamente superior.
-¿Cómo lo hiciste? pregunta quien perdió.
- No me guardé fuerzas para el regreso, contesta el otro.

A veces no quiero saber ni cómo, ni cuándo voy a volver a ninguna parte.
Lo pensaré mañana. En ir, pienso hoy.

IV. Te daría mi vida pero la estoy usando

Su amor es un milagro. A veces no lo creo. Le daría mis órganos, uno por uno hasta quedarme como un cuenco vacío. Lo primero que sentí por él, luego del inicial fin de semana en casa, fue:
Que lo cubra una campana de cristal que lo proteja de todo. Quiero darle una capa de invulnerabilidad como la que tuvo Aquiles cuando su mamá diosa lo sumergió en la laguna Estigia.
Sigo sintiendo eso.
Si hubiera una forma mil veces me hubiera fusionado. O me lo hubiera comido. O me dejaría masticar, viva y feliz.
(Por vos que te gusta lo tangible)
Pero.
Mis pequeñas Thelma y Louise interiores esas que quieren un on the road constante en autopista invisible, esas que no se dejan tocar, que son capaces de arrojarse al Gran Cañón, cuando creen que no queda alternativa, que el precio es demasiado alto...esas no las puedo entregar, (sabés), porque crearía un desastre universal, se desacomodaría el mundo. Como cuando ese personaje de Bradbury viaja al pasado, al tiempo de los dinosaurios y pisa un ala de mariposa y cuando vuelve el presente, por aquel error, todo es un caos, con malas personas en el gobierno y carteles con faltas de ortografía.

Ya se, ya se, me digo, dirás:
Te doy Dios/
Quieres más/
Es que nunca comprenderás…


Fiesta. Una chica dulce que se alacia el pelo, y a los casi 30 sólo tiene sexo de día, porque de noche debe volver a su casa, son las reglas de sus padres. Sufre un poco, pero más sufriría si contrariara a su mamá, cuenta.
En la madrugada su novio, ya borracho, se queda dormido sentado. Ella lo levanta y lo lleva al sofá. Minutos antes habíamos estado hablando de las múltiples aventuras de borrachos. Su novio borracho manejando en la madrugada con ella a bordo. Su novio borracho en la puerta de la casa de ella, sin saber como llegó ahí.
Cuando regresamos, él –mi él- dice:
-Yo se porque él la elige. Ella es buena compañera.

El alma se me derrumba y me duele el aire que me rodea. Un rayo terrible me hace temblar. Al final, todos quieren lo mismo. ¿Yo no podría? ¿cómo podré?. ¿Es realmente eso lo que necesitas, mi amor milagro, chico de los deseos planeados?
Intento explicarle que ese buen compañerismo viene en pack: el cabello acomodado, la obediencia, el ser y hacer para los otros. No llego a decírselo pero toda la gente así que conozco termina medio enferma o empastillada. Lo personal es político.

Tal vez él tenga razón. Tal vez sea un poco y un poco, como en la dicotomía anterior. Tal vez el amor sea también limpiar el vómito de otro y sus búsquedas de excesos. Pero las pequeñas Thelma y Louise patalearían tanto y no estarían totalmente equivocadas.

Aquí sirve esta canción.

Él dice que el amor es un trabajo de dar. Bueno, eso es lo que entiendo de lo que él dice. Tal vez no entiendo nada, tal vez necesito más que white chesnut
Yo lo admiro por eso.
Esa madrugada él decía que el amor es Todo –dijo la palabra “todo” como con un peso de edificio, de cosa material- trabajar, desgastarse, educar hijos. Trabajar como trabaja la naturaleza por sus ciclos.

Para mi el amor es despejar el sol del otro. El sol astrológico, digo. Para mi el amor es ser un espejo pulido donde el otro vea la mejor versión de quien quiere ser. O un camino despejado de piedras, una corriente, un catalizador, un viento en popa, una inspiración.
Es también poner un paño frío en una frente con fiebre, claro. (o cortar un alfajor en dos y quedarse con la mitad más chica, como leí por ahí) Pero más abarcativo general e intangible que eso.

Una vez una colega en una conferencia, cuando le conté mi relación, mi amor milagro, dijo que yo debía pagar, por semejante regalo, el precio de necesitar traducción. El costo de la maravilla es hablar en otro idioma e intentar con dificultad hacerme entender. Cara, la cosa, pero el que quiere –príncipe- celeste, que le cueste.

Dios mío ¿Y si no sirve mi amor aéreo?
Me muero. O me vuelvo Diosa y de un soplo lo vuelvo terráqueo. No se. Algo hago, seguro.

Toda Luna en Géminis debería tomar contacto efectivo con el pánico que le producen las situaciones que van más allá de las palabras” (otra vez Carutti)

V.
Si fuera el personaje de Cristian Slater en El nombre de la rosa, al final ¿me quedaría a amar a la bella campesina piojosa o me iría con el maestro en busca del conocimiento?
¿Se llegará a conclusiones parecidas por ambos caminos?
Otra vez ¿es cierto que las paralelas se juntan en el infinito? (Por favor, a la comunidad física cuántica, matemáticos, profesores de geometría, si tienen datos al respecto, estaré agradecida)

VI. EVERYBODY HAS A HUNGRY HEART
Los blogs más populares son los de chicas que buscan novio. Donde estás, amor de mi vida, que no te puedo encontrar, gritan cibernéticamente las Bridget-sisters. Un novio para deslumbrar a la madre, un novio para no ser loser, un novio antes de los 30, de los 35, un novio normal divertido sexy pero atento chico bueno con look de malo, la chancha los 20 y la máquina de hacer pájaros. Todas piden desesperadas como si fuera un regalo de los Reyes Magos, cuentan sus citas y sus desventuras tragicómicas.
Son tan adictivamente light y les tengo cierta envidia por su popularidad y frescura, por sus aspiraciones clásicas, por su tono de comedia dominguera.
Pero estoy segura de que si hubiera comenzado este blog en los tiempos en que no tenía pareja, no hubiera sido una de ellas.
¿Por qué yo no soy así? ¿Deberé al fin volverme más Barbie que Kundera?
Porque mi problema no es que no tuve novio (aunque cuando no lo tenía mi alrededor así lo consideraba). Ni que tenga, ni el temita de traducir.
Mi problema es ser tan gataflora, tan que me quedan todas las canciones, mi problema es que realmente no se si la contradiction es efectivamente pausible de enjoy.

Y ahora sí me voy a tomar las gotas.
O esto.

jueves, 20 de marzo de 2008

"Di la verdad, di la verdad, di la verdad."
Sheryl Louise Moller, citada por Elizabeth Gilbert, autora del cándido y vivificante libro que acabo de terminar.

martes, 11 de marzo de 2008

Por qué me seduce el conocimiento astrológico


A veces me canso de discutir acerca de que la astrología no es el recuadrito del horóscopo que hace el veydile -chepibe- de la redacción de un periódico, o que la influencia de los planetas no podría representarse con un señor Saturno largando rayitos amarillos sobre un alma desprevenida. Como muchas cosas en este mundo, la astrología está desprestigiada por intangible y no comprobable en tubo de ensayo. Cuando le dijeron, alguna vez, al escritor JG Ballard que "el 90 por ciento de la ciencia ficción era una basura", él contestó, "el 90 por ciento de TODO es una basura". O sea, seguramente habrá un millón de charlatanes, pero también hay sabios y maestros en el área, que vale la pena descubrir. Del conocimiento astrológico -y no estoy siquiera en el umbral- me gusta su cualidad de metáfora-espejo del mundo interno y externo, el catálogo de energías, la posibilidad de analogías, la intuición de lo infinito, lo mutante, que haya mucho para estudiar,una promesa de entendimiento. Para quienes les interese linkeo aquí mi artículo ¿Para que sirve una carta astral? donde opinan un par de expertos astrólogos mexicanos.

lunes, 3 de marzo de 2008

LA POSIBILIDAD DE UNA ISLA




En Lost -la mejor serie de los últimos tiempos- John Locke, un lisiado humillado por su familia (su mamá lo abandonó y su papá le robó un riñón y lo tiró por la ventana, así que no te quejes), vuelve a caminar por algún milagroso efecto de la isla donde se estrelló su avión.
Entre el fuego y los escombros, él sonríe. Cuando el resto de los sobrevivientes hablan de ser rescatados, el no quiere (y es capaz de dinamitar la única salida posible). Es que, en la isla, John ya no es un pobre tipo, sino un gran buscador. Un cazador que, de pronto, se admira a sí mismo. John tiene miedo de que si sale de ese espacio donde se reinventa, aquella invalidez de antaño lo vuelva a invadir. Sólo unos pocos conocen su pasado enclenque.

Locke, además de ciertos secretos sobre la isla misteriosa, sabe otra cosa. Sabe que hay que ser MÁS que un sobreviviente.

Clarisa Pínkola Estes en la Biblia dice, justamente que, para crecer, hay que superar ese arquetipo:

El hecho de que alguien pueda decir que es un superviviente ya es una hazaña. Para muchas personas, el poder reside en su mismo nombre. Sin embargo, en el proceso de individuación llega un momento en que la amenaza o el trauma ya pertenecen significativamente al pasado. Es el momento de pasar de la fase de la supervivencia a la curación y el crecimiento.”

“Si nos quedamos en la fase de la supervivencia sin pasar a la del crecimiento, nos limitamos y reducimos a la mitad nuestra energía y nuestro poder en el mundo. El orgullo que experimentan algunas personas por el hecho de ser supervivientes puede constituir un obstáculo para un ulterior desarrollo creativo.”

“No es bueno basar la identidad del alma en las victorias de los malos momentos.”

“Hay que arrancar a la persona del arquetipo de la supervivencia. De lo contrario, no se podría crecer nada más. Me gusta comparar esta situación con la de una plantita que consigue –sin agua, sol, ni abono-sacar una valerosa y tenaz hojita a pesar de todo. Sin embargo, ahora que los malos tiempos han quedado atrás, el crecimiento significa exponernos a situaciones propicias para el nacimiento y el desarrollo de vigorosas y abundantes flores y hojas.”


A veces la heroína se confunde y se queda atascada, con la pata en la trampa del mismo arquetipo de siempre. Como sabe que alguna vez sobrevivió, está preparada para volver a hacerlo. Sabe sobreponerse a malas relaciones pero no deslizarse en las buenas. Sabe hacer malabarismos con el dinero pero no cómo crear abundancia.
Sabe que lo va a sobrellevar, pero le cuesta andar a bordo ligera de equipaje.
A veces vuelve a esos sitios criptonita-vampiro porque sabe sólo ese guión.
El próximo paso del manual es darse la posibilidad de la isla que deja atrás el papel único. Aprender el follaje. Muchas hojas, todas del viento.