domingo, 24 de junio de 2007

ALADINA IS BACK


La ley de la atracción. Crea tu día. El poder de la intención. Usted puede sanar su vida. ¿Y si algunas "recetas" sí sirvieran? Anoche me quedé leyendo el próximo best seller de autoayuda que me envió editorial Urano: The secret. Espantosamente escrito -no vi algo así desde "11 minutos" del querido Paulo-, es un compilado de consejos de "coachs" american dream style para ser millonario y/o feliz. The secret dice que somos una antena que recibe lo que emite, que "PIDE Y SE TE DARÁ", que hay que pensar en positivo, creer y esperar. El otro día leí también que alguien decía: "las ideas sirven para algo, no para todo, nadie le reprocha a un martillo no servir para pintar paredes". Con esta salvedad y escudándome de la obviedad antiautoayuda-claro que siempre TODO es más complejo-, debo confesar que la premisa de que somos lámpara de Aladino andante me puso de muy buen humor, y me recordó algunos momentos de respuesta sincronizada a mis deseos: Cuando terminé trabajando en la revista de García Márquez 12 mil kilómetros lejos de la pared donde tenía pegado su artículo "El mejor oficio de este mundo". Cuando al regresar al DF reencontré, por un teléfono cualquiera, por "azar", el departamento donde había querido vivir antes de irme "para siempre" a Argentina. Cuando él jugó al tambor con mi panza y cantó en pseudo hindú, y me reí, me reí, y él tenía la forma temperatura olor perfectos.
Funciona a veces, esa conspiración del universo. Una de las cosas que decía "The secret" es que existen los "pensamientos de gordura" y que el cuerpo se transforma de acuerdo a cómo lo sentimos. Como es adentro, es afuera. Puedo asegurar que eso es cierto. ¿Cómo sintonizar, entonces? Hay que sentir por adelantado lo recibido, agradecer, vibrar en el regalo. (oh my dog! ¿y si Barbie Kundera tenía razón?). Es verdad que no siempre se está en esa frecuencia, a veces el tango Ni el tiro del final nos define mejor (...por eso en tu total fracaso de vivir, etc, etc...) Otras la cosa no es tan grave pero estamos en el llamado "efecto hamster", rodando sin sentido y con claustrofobia. La lámpara se herrumbra. (Nota: desempolvarla, pedirle disculpas al genio, ...DECIDIR EXACTAMENTE qué deseo, hacer la prueba, postear resultados :) )

martes, 12 de junio de 2007

SUJETO, VERBO Y PREDICADO, (Parte uno)

Cuando era una adolescente aspiranta al periodismo, en esos días trabajosos de comer cerealitas y huevos robados al room mate de turno, cuando el futuro no había llegado, ni arrasado, mi profesor de taller, en TEA, me bajó de un hondazo. Yo tenía 18 años, una ingenuidad alimentada con comida orgánica y sin televisión en las Sierras de Córdoba, una fe ciega en los medios -algo así como que "prensa" era sinónimo de "verdad", y mucha mucha literatura encima. Ahora que lo pienso, me da vergüenza. Recuerdo que en una de las clases los alumnos fuimos a cubrir el velorio de Atahualpa Yupanqui en el Congreso, y yo redacté aplicadamente mi noticia, con la pirámide invertida que correspondía, la entregué, y estuvo "publicable". Lo que nunca supe, al momento de escribir-volvíamos corriendo de la calle a TEA, usábamos las Olivetti allí-es quien era este Atahualpa. No tenía ni la más recóndita idea. No era culpa mía, che, en casa se escuchaban Brian Eno y Krimson y mi mamá no lo dice, pero creo que para ella el folcklore es grasa. Yo descubrí a la Negra Sosa en el exilio. A lo que voy -y aprovecho para pedir perdón al indio poeta-es que mi nota, de todos modos, estuvo bien. Esa vez Guillermo, el profesor, no se dio cuenta. Pero en otra me hirió, y yo, inexperta, tomé una decisión que luego me costaría mucho rectificar. Me sigue costando. Resulta que, teníamos que elegir una palabra que nos hubiera resonado en ciertos seminarios. Elegí "revolución" y con ayuda bibliográfica, hablé de gatopardismo, de como se acomodaban las sociedades después para que todo siguiera igual y concluía -dada la educación casi hippie obtenida hasta el momento-que si la revolución no era "interna" es decir "moral" nada iba a cambiar, nunca. Recordemos que yo era un bebé. Guillermo me clavó esos ojos verdes que me causaban pánico y me dijo:
-Está excelentemente escrito, pero es una opinión y vos no sos nadie para escribir así. Si fueras Sábato, por ejemplo, estaría bien.
Volví a casa llorando en el colectivo, y decidí. Basta de Gabo, basta de poesía, basta de imaginación al poder, voy a ser la periodista más precisa de la historia. Voy a leer todos los diarios, escuchar todas las radios, mis textos tendrán una precisión quirúrgica, dios objetividad, tómame devota, ya no pecaré.
Amén. A veces Guillermo me preguntaba, sobre el texto ¿está para el diario, o está para Sudamericana-Planeta? y yo le sonreía, no, para el diario, por supuesto, soy una profesional.
Este señor me enseñó a trabajar en el quién-cómo-cuándo-dónde-etc. Aún cuando no tuviera que saber realmente quién era el quién de la nota en cuestión. Y me enseñó que para publicar opinión hay que ser "alguien", en lo posible, previamente publicado. Muchos años después -frente al pelotón del fusilamiento-una editora de la revista Cambio México me ordenaría, por motivos similares "escribe sujeto verbo y predicado", Y nada de subordinadas.
Mi intención -no por ingratitud, sino por la catarsis de transformación necesaria según insinuaciones de mi actual profesor de astrología-es demostrarles al Sr. Pirámide y la Sra. Oración Bimembre, que están equivocados. Con argumentos, of course.

(Continuará...)

martes, 5 de junio de 2007

¿Escribe tu aldea y escribiras el mundo?


"...es necesario que las palabras estén cargadas de fuerza; esto sólo es posible cuando se basan en algo real, como la llama en el combustible."
Del I ching, hexagrama 37, El clan. Editorial Hermes/Sudamericana

lunes, 4 de junio de 2007

NO BARBIE KUNDERA

Ex editora, cool ella, con texto mío en mano, sacude la hoja como si estuviera llena de migas. “Tu tienes que pensar que escribes para Barbie Kundera”-indica. La revista femenina, no podía publicar mis líneas porque había citado a Borges y a Cortázar. Editora pidió algo "liviano", "fresco", "digerible". Tal vez no quería una columna, sino un yogurt.
Me imagino a B.K. , lectora de la insoportable levedad, pero a quien le resulta aún más insoportable la profundidad. Barbie K. va al gimnasio –que auspicia la revista- para “sentirse bien con ella misma” y por lo mismo puede, incluso, colocarse unas siliconas pero tamaño de mediano para abajo, esas “que caen en gota”, no las que apuntan al horizonte. Barbie K. es una mujer deseable, que sufre por un no se qué, y que encontrará en la revista femenina algunos apuntes para sentirse mejor. A veces verá algún libro de Osho, prenderá una vela. En la lista de prioridades B.K. estarán
Ser elegida por un hombre
Encontrar una crema reafirmante que sí sirva (en esto nos parecemos)
Contar los hidratos de carbono
Mantener arriba la “llama de la pasión”
Aprender a distribuir el rimmel
Ser feliz pero
por la vía corta, con la ayuda de algún manual-receta-fórmula-liviana-fresca y digerible.
Barbie K. es quien el ¿80? por ciento de editores de revistas femeninas piensan que son las lectoras femeninas. Dichos editores jamás han pensado en innovar ni en temas ni estilo de escritura y tienen una extraña compulsión por los signos de admiración. ¡Sedúcelo! ¡adelgaza! Supongo que enfatizan por si Barbie no entiende. No hay forma de convencerlos de que dejen de agregar dichos signos a mis propios artículos. Las necesidades de Barbie están primero y son siempre las mismas –si no, es difícil entender porque todas las publicaciones siguen idéntica línea. Barbie podrá recuperar la silueta, "atrapar" a los hombres, elegir accesorios, atraída por los signos mencionados y siguiendo el atajo de los recuadros con “tips” . No necesita mucho más.
Por el contrario, Barbie nunca llorará sin saber la razón, ni se hará preguntas existenciales, ni querrá cosas ¿contradictorias? como el amor-fusión y el vuelo fecundo pero independiente. Nunca se le disolverá el cerebro arañando los sentidos de la vida, nunca dejará de saber por donde empezar el camino que se hace al andar. (Ella no se mueve, está en una vitrina). No piensa jamás en abstracto y no exige la belleza del lenguaje. Menos aún, Barbie no irá nunca por el conocimiento como fin último, ni ansiará una conexión conciente con la totalidad. Barbie no ahondará en las heridas que causa la cultura y no se enterará de lo que significa la palabra paradigma.
La verdad, yo creo que Barbie no existe. Es como el traje del emperador. Creo que los mediocres quieren crearla, delimitarla, moldearla. Darle "juguetitos" para que se entretenga. Y más allá de que los temas mundanos que exponen los medios pueden ser divertidos y/o interesantes como punto de partida, hace mucho, mucho tiempo que se quedan cortos. Que se entienda, no estoy en contra de la frivolidad, sino de la boludez atómica, el discurso ultradigerido, el facilismo, el relleno.
Este espacio existe, entonces, entre otras cosas, porque no creo en Barbie y porque sin creer en ella, seguir escribiendo como-para-ella en las revistas me fuerza al brote psicótico. ¿Hola? ¿Mundo? ¿Soy muy ilusa?