lunes, 28 de enero de 2008

(a pedido del público) vuelve TOWANDA!

En la película Tomates Verdes Fritos (Jon Avnet, 1991), un espíritu inspira reacciones trascendentes en la vida de las protagonistas: Towanda. Una leyenda que toma las riendas de las situaciones límite.
Hace que Ruth abandone el hogar donde es golpeada. Que, ante la insistencia del abusador, un conjunto de amigos justicieros lo maten por accidente, y lo cocinen por elección. Towanda hace que Idgi use pantalones porque se le da la gana y que Evelyn se mire por primera vez la vagina en un espejo, empiece aerobics con 150 kilos envueltos en plástico, y destroce -entre otras cosas- el coche de unas adolescentes que le ganan-mal - el estacionamiento. Towanda no se deja.
Towanda es "la fuerza" que defiende la integridad, y, cuando no se puede por las buenas, se abre camino a las patadas.
¿Es usté enemiga de la violencia? No es ésta una apología de. Sucede que en las tormentas cotidianas, esas que se suman las unas a las otras hasta hacer tsunami, el "frágil equilibrio" no puede serlo. Tiene que ser "fuerte equilibrio". Cuando no alcanza con el "om" ni con la música de los delfines, ni con la clase de yoga, ni con el te verde, ni con los modales suaves.
Towanda es más Eowyn que Arwen, es la loba que corre, pelea.
Towanda no llora en los rincones, o no por mucho tiempo. Si pareciera que se paraliza, solo está ganando tiempo para reconectar la señal. Y romper lo que haya que romper.

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