martes, 12 de febrero de 2008

SHE COMES IN COLORS EVERYWHERE

Have you seen her all in gold
Like a queen in days of old
She shoots colors all around
Like a sunset going down
Have you seen the lady fairer

(Los Rolling, She´s like a rainbow)

Confesión de un placer culpable que solo una persona sabe. Me encanta el programa ¡No te lo pongas! Lo veo cada vez que puedo y nunca jamás estoy de acuerdo con lo que terminan recomendando. El otro día le tiraron a la basura a una chica de Miami un vestidito de flores igual a uno mío, e hicieron lo mismo con un pañuelo dorado también igual a uno mío, diciéndole:
-¿Y esto? ¡Miss Miami de la década de los 80!
Al final la dejaron toda hecha una señorita Gutierrez de falda gris, un clon wannabe ejecutivo, porque nadie toma en serio a una mujer de negocios si anda con cinturones de odalisca. Debe ser por eso que nunca gané dinero. Por suerte las escritoras nos podemos colgar cafeteras de las orejas y hacer collares largos con significado. ¿Podemos, no?
En The princessa, Machiavelli for women, Harriet Rubin habla de la ropa como arma de buen poder al revés de los grises manuales del buen vestir que andan por ahí: cuenta una junta con una ejecutiva que fue de sombrero y lentes oscuros: “J aprovechó la tensión de la sala con astucia, sin utilizar más que los símbolos que llevaba puestos…La volvieron conocida y misteriosa al mismo tiempo. Todas las demás personas que había en la habitación desaparecieron a la sombra de su presencia enorme, pero no agresiva. Sus palabras resultaron más atractivas por los símbolos, no verbales, centrados en su identidad. La forma en que llames la atención es un triunfo de las armas. Un traje Armani y un espléndido corte de pelo presentan a quien los lleva como un adorno. Así te conviertes en un objeto de primera clase. Pero las imágenes que cuentan tu historia (sean cuales fueren esas imágenes) son armas. Dice además: “…si acudes a una reunión vestida de blanco, liberas a tu oponente de su posición rígida o de su insistencia en sus propios planes. Los colores que suelen llevar las mujeres (gris, beige, tonos pastel) son colores de camuflaje: revelan el temor y la incertidumbre de las personas...”
Ah, el canon. Lo “in” y lo “out” está en todas partes y se mete en el mundo blog, el último reducto volátil, something like freedom. Que hay que bloggear esto y no lo otro. Que la nueva ola de la intimidad expuesta es narcisista, que no tenemos nada mejor que hacer, que no se debe postear largo ni ser cursi ni intenso ni.
Seguro Foucault dice algo al respecto pero no lo leí. A cambio tengo a Los Redonditos: Vamos a brillar, mi amor.

1 comentario:

Nena dijo...

Primer vez por aquí and lovin' it...

De acuerdo contigo, aunque es una onda un poco Gabyvargas no? pero no está de más seguir consejos básicos para que a uno le tomen en serio.

Peor aún que Susana y Trini, y con recomendaciones exactas, es mi madre, que no falla una, aunque sus consejos siempre me hacen lucir 10 kg más gorda...