jueves, 21 de febrero de 2008

Es un capítulo de la primera temporada de The L word, en el que Jane, la escritora, a punto de casarse con el entrenador bueno, que hasta le armó un estudio en el garage, ve a su editor y le muestra su texto, que dice algo así como "y él podría morir por ella, y ella por él".
-Basura-dice el editor-Tú eres más compleja que esto.
Jane, entonces, confiesa.
-En realidad he estado haciendo cosas muy malas.
Y le cuenta que se acuesta con Marina, la del café.
El editor le dice que escriba sobre eso.
El entrenador bueno que le armó un estudio en el garage se va a un campeonato, pero se olvida algo y al llegar a su casa encuentra a Jane y Marina en plena lamida. Toma el nuevo escrito con título: "Los demonios que me tientan" y se lo desparrama mientras ella se sube los calzones.
Él -amor "de su vida"- se va.
Ella lo ama y lo pierde.
Ella lastima con su "complejidad" explícita. El texto, por su parte, tiene mucho más "punch".

Será que los personajes-vidas torturad@s e infieles son mucho más interesantes. Es más vendible, incluso en un blog, decir "ayer, el deseo por Pedrito me revolvió la sangre y nos revolcamos en un callejón oscuro. Quiero a Juancito pero no pude resistirme. La vida es compleja" que "Ayer salimos con Juancito al cine y al Home Depot. Hicimos lasagna y nos dormimos cucharita. Daría todo por Juancito"
O sea. Eso a primera vista-interpretación.
Sin embargo, creo que la opción b es también compleja, y valiente y no valorada en estos tiempos de Amor Líquido.
¿Para que sirve cuidar un corazón?
To be continued.

1 comentario:

malena dijo...

como siempre, usté se luce.
Y me cae que la vida mas simple y monotona, tiene atrás de una cortina o bajo una alfombra, un mundo de complejidad mucho mas intensa que las volátiles vidas de muchos otros... A mí me consta!!!