miércoles, 6 de febrero de 2008

¿Ni toda la gente errante está perdida?

A veces creo –o tengo la certeza de- que lo más importante no lo escribo. Escribo novelas mentales en la ducha. Descargas despiadadas mientras espanto telarañas. Pongo títulos ingeniosos. Pero se que las claves que desenredarían la verdadera madeja no las pongo. El silencio, diría Rilke, también es una respuesta. Un post no escrito es el silencio.
Angélica Gorodischer me dijo en un taller que “no se escribe desde la pasión, sino desde el recuerdo de la pasión”. Pero si el miedo es una pasión ¿no se lo conjura con las palabras cargadas con la fuerza de lo real como la llama al combustible?
Seré cobarde, seré cuerda, estaré perdida, se derrumbará mi vida real si toda mi vida interior sale a la hoja?
Si fuera fresca y decidida y cosmopolita y Carrie bucólica escribiría una novela llamada La laguna azul es un cañaveral verde, y el verano estaría siempre a punto de llegar y Marcela e Isabel (Serrano y Allende) me tendrían una envidia cordial y las adolescentes me adorarían y yo nunca dejaría de ser una.

1 comentario:

Javier Martínez Staines dijo...

Mi querida adolescente:
No toda la gente errante está perdida, pero nadie que no peregrina ha encontrado algo, más que un vacío que sólo se llena de inconsciencia.
Me gusta tu barrio y me gusta que te arranques, desde el recuerdo de la pasión, todas las letras que están ahí metidas y que merecen salir.
Para nuestro deleite.

Javier