martes, 11 de septiembre de 2007

Lo adherente, el fuego



"Lo oscuro adhiere a lo luminoso y perfecciona así la claridad de lo luminoso. Lo claro, al irradiar la luz, requiere la presencia de lo perseverante en su interior, para no quemarse del todo y estar en condiciones de iluminar en forma duradera. TODO LO QUE EXPANDE LUZ EN EL MUNDO, DEPENDE DE ALGO A LO CUAL QUEDAR ADHERIDO para poder alumbrar de un modo duradero.
Así el sol y la luna adhieren al cielo; los granos, las hierbas y los árboles adhieren a la tierra. Así la doble claridad del hombre predestinado adhiere a lo recto, y por consiguiente es apto para modelar el mundo. El hombre que permanece condicionado en el mundo y no es independiente, al reconocer este condicionamiento y al entrar en dependencia de las fuerzas armoniosas y benignas del orden universal, obtiene el éxito. (...) Al cultivar el hombre dentro de sí esta docilidad, esta voluntaria dependencia logrará una claridad nada hiriente y encontrará su puesto en el mundo."

I ching, hexagrama 30

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